ÉRICA CARRIZO // JAN DE JAGER // REYNALDO SIETECASE // ZULMA LILIANA SOSA
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ÉRICA CARRIZO
La otra palabra
Con la otra palabra se puede jugar sin juguetes,
se puede amar con una luna de mentira,
se puede llorar para adentro.
Con la otra palabra, se pregunta lo indecible,
lo que aterra con su sombra,
lo que ha matado lo dicho.
Con la otra palabra se vuela en el delirio
el de las alas no blancas,
el de las horas robadas.
Con la otra palabra soy reina de este mundo
que se esfuma al cruzar la puerta,
en la calle soy otra, la otra que inventé.
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JAN DE JAGER
Doblete
Leyendo este texto, el lector hace doblete. Por un lado, es un poema que figura como uno de los “tres versitos in memoriam Charly Feiling” en la pág. 156 del libro Casa de cambio II.
Aparte, es uno de los poemas escritos por Martín Schwarz, personaje de mi novela Noticias del setenta y cinco, de reciente aparición.
Jan de Jager
Nadie sabe que Edipo
fue a Tebas a curarse el hipo.
Gracias al incesto,
la ceguera, la peste,
el suicidio de su madre amante
y algún otro suceso irrelevante,
el hipo se le fue
bastante.
Moraleja:
Contra el hipo
no hay nada
como el método de Edipo.
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REYNALDO SIETECASE
Nunca te prometí un jardín de rosas
Apenas inquietud
Excursiones a ningún sitio
Sorpresas tan desagradables
como una puñalada
Un círculo de vicios
El sexo y la traición
al mismo tiempo
A cambio de mi sangre
te entregué lo peor
intemperie
miedos
Nada de tardes al sol
Desayunos en la cama
Ni amor hasta que la muerte nos separe
A cambio de mis huesos
Promesas incumplidas
Ausencia
Juegos perversos
Versos
Sólo versos
Viniste por Venecia
Y te llevé a Vietnam
Nunca te prometí un jardín de rosas.
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ZULMA LILIANA SOSA
COMO UN YACARÉ FEMENINO
buscando algo /
para enlazar mi fetiche salvaje /
me enteré /
por qué los lagartos cornudos /
se quedan en su sitio / entré /
a los diluvios y al enjambre de aguadas /
con estirpe de leyenda de deseos /
donde una jovencita morena /
volvió su rostro asombrado /
y se quedó bella para siempre...
entré con los niños matacos /
sus brillos de canto /
y los lustres profundos de los cautiverios...
entré / todavía mascando una siesta aromada
de los comederos / y aun / a pesar del tiempo /
tan hospitalario /
me sigo limpiando y no veo nada
es que cuando se sienten atacados /
arrojan por los ojos / un chorro de sangre...
ahora soy la que degüella /
tan bestia como tierna /
pienso / error /
fue un error /
dejar viva a esta reina.
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