Una ensayista y narradora mira la poesía... y no nos parece mal (para comenzar el Ciclo de Lecturas 2010) que esté su mirada.
La compartimos. 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Después de la milenaria peosía…, animándonos a otra definición:
LA POESÍA PUTA
“Ahora va a comenzar
el espectáculos para los niños”
J.Prevert
Hay una poesía embriagada de estrellas, absorvidas por la noche oscura, deseada por los hombres y las mujeres de plástico, de carne y de Zero de azúcar. Hay una poesía de palabras resguardadas por la lengua, el ganzo y por las mentes celosas. Y que políticamente respeta su origen y expresa grandes palabras: “Paraguayito”, “Fru fru”, “Telam-pa-zo”, “Globe Golden”, “Chi chi”, “Chuchi”, “Pajarito”, “Bombachita-chita-ta. No. No etá”.
No es fácil. No es fácil hacerla. Aunque de enumerar y dar vueltas las palabras trate esta poesía.
Amigos lectores, siento informarles que desde Homero a esta parte esa poesía yira y da vueltas por ahí abriéndose, reproduciéndose, dejándose penetrar y fornicando a eventos, libros y a revistas. Hace vivir al seso muerto, por un minuto. Y sus palabras son reconocidas por el olor a bacalao o a nabo o a nada. O, cuando la existencia de la otra poesía le exige respirar con moderación y sin agarrarse de ningún manubrio, ahí se la reconoce por el olor a aceite o al de goma quemada… La velocidad es su MCD.
A veces, los más viejos, los que saben, se quejan por el olor a naftalina o del gusto rancio que tiene la otra poesía. La que suelen hacer traductores y experimentadores contemporáneos; quienes están al pedo frente a la luna, al celular, al tronco o ante la gota que cae y que tarda… U-ante la mosca que vuela y mira y nos deja su quereza y ese olor… Es una suerte que la poesía puta no tenga estos olores y ni ciertas características.
La Poesía Puta tiene personalidad: es indiferente, engancha cualquier palabra con ruido. No importa cómo suene. En algunos casos, los menos, pueda importar cómo suena. Por ejemplo cuando agarra y usa un “¡Ay!” aunque ya no le duelan 10 juntas o ni una sola de un burro . Usará la palabra “Ay.” como un sinónimo de “Ay de mí, mi amor, sin tí”.
A esta poesía le interesa mostrarse (y está bien). Le gusta desnudarse, ponerse en bola, hacer lo que no hace la poesía hermética, la shakespeneana, la Becketianna, la Gironbolud, la de “quisiera escribir los versos más tristes esta noche, noche más oscura que la de ayer y más clara, tal vez, que la de mañana”. Estas que nacieron del flujo existencial, del gorgoteo de la glotis y de la gesticulación senil, la que poetas muy bestias, aún hoy, los muy corajudos e imprudentes, la siguen escribiendo, replayando, y encima la publican; y con todos sus saberes aburre más que la otra. La otra, la ramerita, al menos se desnuda.
La Poesía Puta no acaba, pero hace acabar al lector ingenuo, al calentón o al muy necesitado de palabras que le rocen y le froten los o la… (depende el sexo del lector).
Al lector de pelo duro o al lector con carozo (según el sexo) no le hace cosquillas. Podría hacerle la del mono, pero sólo eso y con algunas palabras un tanto bananas.
La Poesía Puta se presenta en una primer lectura tapada de palabras. Después empezará a desnudarse y de tan puta, a los minutos no la veremos más. Recién aquí descubrimos que es invisible. A todo esto ya nos ha engañado.
La Poesía Puta no se entrega. Se vende. Se compra. Y se descarta. O se regala en sobras (y a crédito). En dos palabras Poesía liberal. La de los pueblos sin niños, sin infancia, la de pobres con sueños bajo tierra. La que se vende después de la guerra a lo Bucay o a lo Coelho. Es la poesía que se vende en Europa, en África, en EE.UU., en China, en Gran Bretaña, en la India, en el mundo entero… y, principalmente, en el mercado de nuestra era. Es una poesía sin fronteras, no es autóctona. Es decir, ni indígena ni gauchesca ni como nosotros (argentinos, los mejores). Es la más porteña, sureña en descomposición o la provinciana desatada en las grandes ciudades como Moscú, Tokio, NY o Barcelona. La podemos encontrar por las calles caminando con la frente ancha, brillosa y con una pelada llena de palabras implantadas que disimulan el vuelo de raiz de las otras.
La Poesía Puta usa palabras pedigueñas: “Señora, me da una monedita” (aunque sea pal jabón hoy tán caro) y a cambio dará una palabra beso, transpirada y manoseada; o nos ofrecerá una palabra chupadita a cambio de un dollar. O de las tantas palabras al pedo y sin peso que suele atesorar nos dará una a cambio de un Euro y en ocasiones hasta por un centavo.
La Poesía Puta es rapidita. Sus palabras nacieron para vivir y morir también así: en cualquier cama o sitio. Y en ese, su estado puro, con cualquiera.
En síntesis: en su arte, supera a las gallinetas. Se sube al 60, al 21, al 96, al 98, al 88, a las combis, ¡al subte!, a los rollers, a las patinetas, y a cualquier tren y línea.
Abunda.
Ratón Maciel. 
GENTILEZA DE
* Revista "Beatrìzos"http://sites.google.com/site/beatrizosrevista/